Prof. Rodrigo Reis
A primordios de la década de 1970, los primeros materiales a base de composite resinoso restaurador fueron lanzados. Comenzamos con sistemas de un color solamente (universal) y, enseguida, al final de esta década e inicio de los años 1980 surgieron pocas variaciones cromáticas como ejemplo, yellow – amarillada, light un poco más clara, light yellow (amarillo menos intenso), grey para tonos gris, light-grey para gris claro y las variaciones de oscuro (dark), tanto para amarillo como para gris.
Poco a poco, la variación de colores fue aumentando pese a la creciente concienciación y aumento del nivel de exigencia estética, añadido a las mejorías en el campo de adhesión y de los composites resinosos y su potencial de tratamiento cosmético y no solamente como un mero restaurador funcional. Después, surgieron como evolución las resinas de diferentes grados de opacidad (dentina e incisal), ampliando aún más el potencial estético de los composites resinosos dentro de la clínica.
Con el objetivo de usar un sistema de colores más universal, al final de la década de 1980, los fabricantes pasaron a presentar los colores “equivalentes” o bien cercanos de la clásica escala V de 16 colores usados en las cerámicas odontológicas. Eso posibilitó una mejor semejanza de color cuando teníamos restauraciones de resina en dientes adyacente a dientes con trabajos en cerámica.
Ante esa evolución, en las décadas de 1990 e inicio de los años 2000 ganamos complejidad con resinas de diferentes efectos translúcidos, de alta opacidad para mascarado de sustratos oscuros, resinas de valor etc. Con ello, muchos sistemas comerciales de composite resinoso fácilmente podrían traerle al clínico de 20 a 35 jeringas de diferentes colores y posibilidades quedando tan complejos como un sistema de estratificación cerámico. De la misma manera que las posibilidades quedaron infinitas con todos esos recursos cromáticos, el nivel de complejidad y la sensibilidad técnica generando riesgos de errores por parte de los operadores aumentó.
Era como si usted dominara bien un automóvil incluso de lujo y de repente migrara de un día al otro para un auto de Fórmula 1. Para dominar un sistema de complejos recursos ópticos, la curva de aprendizaje quedó mayor, trayéndoles frustraciones a muchos profesionales además de mucho retrabajo, pues tanto exagero en resinas de efecto como errores en los espesores de las masas de resina de los diferentes grados de opacidad podrían generar resultados debajo de lo deseado, incluso utilizando materiales de punta, pero no tan amigables en términos de uso en la rutina clínica.
Para tener todos esos recursos, se percibió que el costo para adquisición aumentó, que muchos de esos recursos no se usaban con tanta frecuencia y que, con ello, muchos perdían su plazo de validez habiendo sido poco utilizados. Y, además, que la mayoría de los casos del día a día podrían ser resueltos de modo sencillo en términos de estratificación cromática del tipo dentina + esmalte o cuando muy asociados a una resina opacificante o a un efecto translúcido (en resumen: “el clínico más simplifica que estratifica”). Es decir, sistemas de resina de mayor complejidad de recursos estéticos dejaron la técnica menos democrática. Pese a esto, próximo al final de la década de 2000, se percibió en el mercado una nueva vuelta rumba a una simplificación destinada al día a día y guardando los sistemas de diversos recursos ópticos para los casos realmente más complejos que eventualmente puedan necesitar esto.
En esta simplificación aumentaron las ofertas de composite resinoso denominado body o cuerpo de una opacidad intermediaria, en los cuales casos de media extensión y profundidad solamente un tipo de masa de resina podría resolver. Aun así, todavía serían necesarios varios colores de resina de cuerpo como arsenal del dentista (por lo menos tener unas 8 a 10 diferentes jeringas de resina en el cajón).
Aun con esta simplificación, el proceso de selección de colores sigue siendo muchas veces complejo y el acierto cromático puede ser un reto de intento y error hasta el acierto final por el profesional, con la existencia de varias “recetas” y tácticas operatorias distintas propuestas en esa búsqueda de “acierto del color”. Sabemos que el costo de almacenar muchas jeringas de resina es considerable. Más costoso aún es el tiempo de hora clínica del profesional en la búsqueda de la restauración estéticamente “perfecta” y que en el día a día debemos tener materiales más amigables en términos de uso, de menor complejidad, pero que ciertamente deben atender a los anhelos de pacientes y profesionales teniendo en vista el resultado final estético.
Pensando en todo eso, FGM desarrolló un composite resinoso UNICROMÁTICO: Vittra APS Unique
. De opacidad media, espeja el color de las paredes circundantes de los preparos cavitarios, generando el verdadero efecto camaleón en términos de material restaurador. Con eso, la gran mayoría de las necesidades restauradoras directas pasa a ser resuelta con solamente una jeringa de resina, siendo ésa capaz de espejar todos los colores de las diversas escalas.
Imagen: Drs. Jonathan G. B. Tenuti y Rodrigo Dacoreggio
Es decir, aproximadamente 50 años después surge el verdadero camaleón, pues el bajo nivel de canforoquinona proporcionado por el sistema APS (tecnología exclusiva de FGM y que evita un suave amarillado) posibilita también espejar los colores de dientes blanqueados, incluyendo niveles de extra claro. Con eso, el proceso desafiador de selección de color quedó irrelevante en la mayoría de los casos cuando se usa VITTRA APS UNIQUE
. Solamente en casos de sustratos heterogéneos o de significativa pérdida de estructura dental (a los cuales restauraciones de composite directo están indicados), podemos asociar una dentina cromática junto con Vittra APS Unique.
Por fin respondiendo a la pregunta título del texto debemos idealmente “tener solamente 1 jeringa de resina” puesto que:
- Reduce costo de stock de material y evita desperdicio;
- Simplifica la técnica, dejando la estética con resinas algo democrático para clínicos e incluso otros especialistas que no actúan en Dentística Restauradora, por la casi inexistente curva de aprendizaje;
- Ganancia de tiempo (aumenta ganancia financiera) y pacientes satisfechos por las consultas más rápidas con resultado estéticamente agradable;
- Todos beneficios del sistema APS de fotoiniciadores presentes en un material UNICROMÁTICO.
Y finalmente porque VITTRA APS UNIQUE
traduce de modo real para la clínica restauradora diaria que ¡“MENOS ES MÁS”!