Exceso de fuerza muscular como causa de cefaleas tensionales pericraneanas
El bruxismo afecta a alrededor del 30% de la población brasileña y puede causar graves daños a la salud. Según el ortodoncista y ortopedista facial Gerson Köhler, el problema se define en términos médicos como una respuesta psicofisiológica caracterizada por el apretamiento y el rechinamiento de los dientes entre sí sin un objetivo funcional. “El bruxismo nocturno es el más común y se considera uno de los varios trastornos que afectan el sueño”, explica el especialista, miembro de la Sociedad Brasileña del Sueño y también del Grupo de Información para Personas con Tinnitus de Curitiba (GIPZ Curitiba).
Las personas que sufren de bruxismo nocturno experimentan un exceso de movimiento de la musculatura masticatoria, principalmente de los músculos temporales, ubicados en la región de las sienes a ambos lados de la cabeza. “Esta exacerbación se percibe en la intensidad y la frecuencia de los movimientos. Esta tensión muscular exagerada tiene como una de sus consecuencias la aparición de dolores de cabeza tensionales alrededor del cráneo, denominados técnicamente como cefaleas tensionales pericraneanas. El malestar es más fuerte en el área de las sienes”, señala.
La sobrecarga muscular proviene de los apretones, que pueden ocurrir durante el día y la noche, y de los rechinar, que son más comunes en el período nocturno. Las cefaleas tensionales son el resultado de este uso innecesario y excesivo de los músculos masticatorios. “El bruxismo puede ser detectado por la persona que duerme al lado del portador. Los movimientos producen ruidos característicos que delatan la condición”, explica Gerson, quien trabaja en un contexto interdisciplinario en el equipo de la clínica Köhler Ortofacial.
El diagnóstico puede realizarse mediante la polisomnografía, un examen utilizado para identificar trastornos del sueño. Según Juarez Köhler, especialista en Ortodoncia y Ortopedia Facial de Köhler Ortofacial, esta evaluación permite probar varios parámetros del cuerpo durante el sueño. “Se analizan factores como los potenciales eléctricos de la actividad cerebral, la frecuencia cardíaca, el esfuerzo respiratorio, la saturación de oxígeno en la sangre y la actividad muscular craneofacial. Estos elementos ayudan a identificar el problema”, destaca Juárez, quien también forma parte de la Sociedad Brasileña del Sueño.
El tratamiento del bruxismo y sus consecuencias para la salud puede realizarse con procedimientos odontológicos. Las cefaleas tensionales pericraneanas pueden eliminarse con la prescripción de aparatos intrabucales que promueven la relajación muscular. “Otra intervención importante es la reorganización posicional de los dientes en sus arcos, mediante Ortodoncia, permitiendo una oclusión dental correcta y equilibrada. De esta forma, las fuerzas masticatorias se disipan por la región craneofacial de forma simétrica entre los lados izquierdo y derecho de la cara y la cabeza”, enfatiza Juárez.
El paciente también puede ser orientado a usar medicamentos con propiedades relajantes y ansiolíticas, para disminuir la tensión y la ansiedad, respectivamente. Los medicamentos deben complementar el tratamiento y no reemplazar las otras estrategias. “Los enfoques odontológicos para los problemas de apretamiento dental y bruxismo han sido cada vez más estudiados, generalmente en conjunto con la neurología, siendo cada vez más efectivos en el tratamiento de las llamadas cefaleas tensionales y sus incómodos síntomas y repercusiones sobre el bienestar y la calidad de vida de las personas”, observa Gerson.
Juarez añade que las cefaleas tensionales pericraneanas causadas por la tensión excesiva de la musculatura craneofacial, especialmente de los músculos masticatorios, suelen afectar a hombres y mujeres, pero es más predominante en personas del sexo femenino. “Las mujeres son más propensas al estrés emocional que los hombres, lo que aumenta el riesgo de sufrir bruxismo y otros trastornos que comprometen la salud general del organismo. El tratamiento es fundamental, ya que el bruxismo es extremadamente destructivo para la estructura dental, sus tejidos de soporte, las articulaciones de la mandíbula e incluso para el oído”, finaliza el especialista.
Fuente: Bem Paraná
